Entrevista con Camilo Lara de IMS

Instituto Mexicano del Sonido es una de esas bandas que sólo pueden surgir en Latinoamérica. Su mezcla de techno, cumbia y sampleados de todo el mundo le confieren un estilo único, apasionante y de diversión incomparables. Hablamos con el líder de este proyecto. Camilo Lara, en su última visita a España. ¡México Rules!

“El amor en casa y la revolución en la calle”

Aparte de músico, también te citan como escritor. ¿qué género te gusta escribir? Tienes un tema que se llama “Juan Rulfo”, como el escritor.

No soy escritor porque todavía no he publicado novela, pero escribo mucho. Estudié en el Colegio Madrid en México, donde han estudiado muchos de los cineastas mexicanos, como Cuarón (Alfonso). Muchos han salido de ahí. Pues sí, escribo novela, tengo un par de novelas y espero en algún punto publicar.

Dicen que tienes una de las colecciones más grandes de discos en México. ¿Hay alguna música que no funcione o todo es aprovechable?

Mi colección es de discos de vinilo pero son discos que uso como herramientas. No soy coleccionista de discos, me la paso comprando discos para samplear o cosas raras, sonidos. Tengo una colección de basura (risas), que para muchos podría ser basura. No, a mi me gustan mucho los discos que tengo, pero en realidad son como de discursos que se quedan olvidados del pasado y como que me gustan.

Tú rescatas un montón de música de los años 50, cumbias y temas mexicanos

Sí y no. Tampoco me gusta ser nostálgico, ver tanto al pasado, pero creo que con eso puedes hacer cosas.

Cuéntanos qué tipo de grabaciones estás mezclando/realizando. Dijiste que ibas a sacar un disco nuevo el proximo año.

Sí, estoy terminando un disco con otro mexicano, Toy Selectah, que es un buen amigo de Monterrey. Le conozco hace mucho tiempo, empezamos a hacer un disco juntos y se volvió un disco de colaboraciones y lo grabamos en varias ciudades del mundo: en Londres, Los Ángeles, Nueva York, Kingston, México, Sao Paulo, y es un disco de colaboraciones de gente de cada barrio, de cada ciudad. Entonces va a ser un proyecto muy loco. Y en eso he estado. Y bueno, produje un grupo de cumbia tradicional mexicano que se llaman Los Ángeles Azules, que son como el Camarón de La Isla de la cumbia, y es el segundo disco que hago con ellos. En eso he andado.

¿Y siempre vas cambiando de colaboradores, de músicos, o tienes un grupo para directo y otro para el disco?

Sí, tengo un grupo para directo y con ese viajamos para todos lados, lo interesante es que luego somos más, como que va cambiando un poco la historia, depende de donde toquemos.

¿Catorce han sido (como miembros) o eso ha sido una broma de la canción?

No, no, catorce o más…

Te habrán pedido que remezcles a gente. ¿Con qué gente te han pedido trabajar?

He remezclado un montón, desde Pérez Prado a los Beastie Boys, Morrissey… un montón de gente que de repente tú les pides remezclas, o ellos te piden remezclas, y es muy divertido hacerlas. Y eso hago entre discos para mantenerme haciendo cosas, siempre los remixes ayudan mucho para estar ahí en forma en el estudio.

¿Y ya se puede decir el nombre del disco nuevo o es top secret?

Eh, todavía no, es que estamos en eso, pero pronto va a ser. Es un disco de colaboraciones pero bajo IMS.

Si hicieras otro tipo de música ¿Qué te gustaría hacer?

Por más que quiera hacer música electrónica, al final termina sonando a música mexicana, y por más música mexicana que salga siempre termina sonando un poco electrónico. Supongo que es lo que sé hacer, y es un sabor, y ese es mi sabor, aunque sí me gustaría tener música de todo tipo. Ahora con este disco, al colaborar con tanta gente, tocamos más otras cosas, el rocksteady, el reggae, el dub, pero termina sabiendo a ti, por más que hagas un ejercicio sonoro de buscar, termina sonando tuyo.

No se puede salir de uno mismo, ¿no?

No, caray, me gustaría pero no (risas).

Decías, ‘El amor en casa y la revolución en la calle’. ¿Se puede cambiar el mundo con el arte? ¿O al menos se puede intentar?

El arte es la semilla, y a partir de ahí empieza. Siempre termina en golpes todo pero la semilla es muy importante para por lo menos encontrar con el arte y las ideas, encontrar por lo que uno va a pelear. Por lo que uno va a pelear después ya termina en otras cosas. Pero sí, ahí es la base de donde nacen las cosas (el arte). La revolución no se trata de… las revoluciones de ideas se tratan de encontrar un concepto fuerte, de algo por lo cual hacer el mundo un poco mejor.

¿Es muy peligroso hacer una canción sobre la situación en México?

Pues es más peligroso vivir en México (risas) pero hacer la canción, la hice. Hay una canción que habla de eso y se llama ‘México’. Es explícita y pisó varios callos pero aquí sigo y no hay ningún problema. No es un problema de libertad de expresión, es un problema más profundo que eso y que no puedes cambiarlo con una canción. Ya es una cosa que escaló a otro nivel e irá cambiando conforme el país salga de una triste, profunda, depresión en la que está. Pero bueno, las canciones reflejan el mundo que uno vive.

Parece que los músicos tienen más libertad en comparación con los periodistas. Hay más problemas de libertad de expresión, con amenazas o asesinatos.

Sí, ni creas, también hay, los que hacen corridos también hablan de cosas que luego les cuesta la vida. Es complejo. Aún así, el periodismo sí es peligroso y es difícil ejercerlo. No soy un activista, no estoy metido en política y lo que hablo lo hago desde mi trinchera.

¿México es mágico?

Sí, sin duda, lo ha sido siempre. Ahora es muy feo hablar de México así, pero en realidad el México profundo es un México muy bonito. Han habido muchas cosas fantásticas y tiene una historia increíble. Tiene un presente muy bonito culturalmente hablando. Sí, es supermágico (risas).

Hay una cosa que se oye, que se comenta, como que México está teniendo ahora mismo un nivel energético profundo. Y que estaría relacionado con la convulsión que hay en el país. Que México tiene ahí un tema muy potente encima. Aunque siempre ha sido muy espiritual.

Sí, hay un documental de Santiago Pando… Este tipo tiene una historia increíble porque hablaba de la llegada de los mayas galácticos a México, y todo el cambio, el fin del mundo y eso… Todo era una historia del fin del mundo. El fin del mundo pasó pero fue todo un cambio de consciencia y había esta cosa que pasó en los volcanes, que llegaron como cuatro monolitos… Está filmado, ¿no?, que cuatro monolitos llegaron al volcán y ese era el fin del mundo según los mayas. Y tiene toda esta teoría de que algo pasó en esa fecha del fin del mundo. Algo está cambiando y ya es otra vuelta de página.

Aquí estamos entre volcanes también (estamos en la sede de El Volcán, el sello discográfico, y en la decoración hay dibujos de volcanes) (risas)

Desde los ocho años empezaste a hacer música con tu familia, o al menos con tu hermano.

Sí, mi hermano mayor tiene un grupo de música de los 80, como los Danza Invisible de México, y crecí un poco con toda la onda,

¿Te ha gustado algún instrumento en concreto?

Sí, sé tocar teclado, pero más mi investigación fue por el sampling, y más por rescatar otras cosas. Mi inspiración viene más de jóvenes, de otros tipos, como en los 80, los 90 o los dos miles. No eran tal vez músicos pero trataban de entender la música de otra manera, como The Clash.

¿Te ha gustado el concierto?, ¿cómo has visto todo?

Fue divertidísimo.

Quitando a los de seguridad que nos quitaron del escenario.

Luego me explicaron que si no se caía la tarima. Me explicaron que si se subían 40 se iba a caer. Fue todo superdivertido.

¿Para cuando regresas? ¿Vienes todos los años?

Pues yo creo que para el año siguiente con el siguiente disco. Vengo una o dos veces al año a Madrid. Llevo unos quince años viniendo a Madrid. Fácil.

Pues nada más Camilo, si quieres dejar algún comentario para los lectores de El Blíster…

Siempre es la pregunta más difícil de todas. ¡Encantadísimo! Qué les digo…

Entrevista por Sebensuí A. Sánchez y Ana E. M. Sánchez