El mundo contra el recluta patoso
estoy triste, quiero llorar. este mundo es una mierda. es muy bonito, pero también es una mierda. sufrir es bonito.
acabo de ver la primera parte de la chaqueta metálica y sólo quiero llorar. el trato hacia el recluta patoso es descaradamente injusto, y el puto instructor, aunque es un profesional y hace bien su trabajo, se excede mucho en sus atribuciones, por lo que la resolución por parte de patoso es de lo más justa (spoiler: patoso, en la que a mi gusto es la escena más violenta que jamás haya hecho kubrick, asesina al instructor e inmediatamente después se mete el rifle en la boca y lo encañona para reventarse los sesos contra la pared del baño).
una sociedad que se arma de valentía y cobardía para atacar con toda su presión al más débil… el recluta patoso sucumbe a la presión de un entorno estúpido e injusto.
¿tiene él la culpa?
¿quién le ayuda?
sus compañeros en lugar de apoyarle, en lugar de ponerse de su lado y en contra del instructor, que está claramente equivocado en la forma de motivarle, sucumben a la estructura de poder y se posicionan del lado equivocado. caen en la debilidad y en el egoísmo, caen en el miedo –que como muy bien nos enseñó yoda lleva al odio–, cuando deciden golpearle con las pastillas de jabón. el recluta bufón, con todas sus agallas y con toda su buena fe, cae igualmente, por lo que también podría haber muerto asesinado en su encuentro en el baño con patoso. sin embargo, un extraño sentido de la justicia que apareció en una mente apoderada por la locura lo salvó, o quizás tan solo fue suerte, o quizás fue porque cuando le dijo “take it easy man” le demostró que reconocía su error, que a pesar de su error él continuaba estando de su lado. le demostró que él sí tenía voluntad de vivir, así que puede que fuera esa voluntad la que salvó al recluta bufón.
escalofríos me recorren todo el cuerpo y quiero llorar, aunque hay alguna misteriosa fuerza secreta que me lo impide.
este precioso mundo sigue girando con su extraño sentido de la justicia, que es, a buen seguro, casi del todo incomprensible. hay motivos individuales que quizás sean capaces de justificar todas y cada una de las acciones. pueden justificar hasta que la gente llegue a tomar decisiones que van contra sus propios intereses. también es cierto que muchas de esas decisiones serían diferentes si las personas que no paran de tomarlas superaran muchos de los miedos que todavía no han conseguido vencer.
y con esta gigantesca bola de nieve de equivocaciones seguimos avanzando hacia delante.
sin embargo, por muy equivocados que sean todos nuestros actos, tal vez en el fondo haya un pequeño sentido de la justicia en cada uno de ellos. por lo tanto, no hay errores. toda la mierda por la que pasamos tiene un sentido, pero un sentido que ninguno de nosotros alcanzaremos a ver jamás.