Lo mejor de 2013
A pocas horas de cerrar el año, El Blister quiere compartir con todos vosotros lo mejor de 2013. En vez de hacer una lista o un top, hemos pedido a nuestros colaboradores que elijan una única cosa, lo más significativo para ellos en este año que se acaba. Estas son sus perlas. ¡Feliz año!
Augusto Munaro
Alguien, Robert Pinget
Es un libro que no se lee, sino que se escucha. Por eso “esta narración no es la narración de algo que ha ocurrido, sino de lo que está ocurriendo a medida que el narrador la escribe”. Porque revela al lenguaje “como producción infinita de variaciones”, como música que se despliega orquestada en múltiples tonos y timbres. La repetición y la elipsis de los temas hacen de la novela una inolvidable sinfonía. Es un libro, en lo posible, para leer en voz alta.
Eduardo Negrín Torres
The Act of Killing
¿Por qué?: La valentía de afrontar una realidad tan escabrosa para convertirla en una escultura fina hecha de horror humano. Por asomarse al abismo de la inhumanidad en el relato de sus propios protagonistas. Por revelar una realidad insoportable que sucede en muchos lugares y delatar a sus autores y la complicidad impune de los gobiernos occidentales que miran para otro lado hasta que no haya un interés económico que justifique cualquier movimiento. Por poner de actualidad el caso de Indonesia, donde los abusos sexuales a niños y el sometimiento atroz de la población sigue siendo el pasto diario del rebaño dominante que, creyéndose dioses, no pone límites a sus enfermos deseos de placer. Por haber entrado en la boca del lobo y haber vuelto para contarlo.
Rafa
mi cosa preferida de este año ha sido una película: la suerte de emma de Sven taddicken. ves miles de películas que se te olvidan, pero esta se queda. es difícil quitártela de encima, te duele, pero es un dolor limpio y muy, muy bonito.
J.Agrione
La escena del atardecer de Before Midnight, de Richard Linklater
18 años siguiendo en directo los sueños de Céline y Jesse. La primera parte es una especie de dolce vita mediterránea. La segunda es la catástrofe, la noche de Antonioni, el fin de la infancia. Y justo en medio, entre paréntesis, está ese instante sublimado en el que dos personas, por razones que ellos mismos son incapaces de comprender, comparten en un puerto griego una imagen majestuosa que se repite desde que el tiempo es tiempo: el sol cayendo detrás de una montaña. Ellos, pequeñitos, ante el gran misterio. Seguro que hay algo mejor este año, pero la vida se parece mucho, mucho a ese preciso momento.
Juanma Ortiz
Ian McEwan, Operación Dulce, Anagrama, Barcelona, 2013. Traducción de Jaime Zulaika.
A mi modo de ver, el británico Ian McEwan es el mejor novelista actual por su hermosa prosa plagada de matices, su fina profundidad psicológica y su extraordinaria capacidad para construir artefactos narrativos de sorprendente eficacia. Esta novela, aunque quizás no alcance la vertiginosa cumbre literaria que supuso Expiación, es una magnífica prueba de ello. El sutil juego de espejos que McEwan diseña con notables paciencia y precisión en el Londres de la Guerra Fría le sirve para arrojar nuevas luces sobre cuestiones siempre candentes como la lealtad, el amor, la política y su tema favorito: la redención.